viernes, 6 de diciembre de 2013

HONESTIDAD


La deshonestidad no tendría ningún papel en un mundo en que imperara la realidad y estuviera habitado por seres humanos plenamente conscientes. Desgraciadamente, debemos de convivir con la deshonestidad. Los humanos, abrigamos una variedad de tendencias e impulsos que no armonizan espontáneamente con la razón. Los seres humanos necesitan práctica y estudio para convertirse en personas benévolas en las que retomar la chispa divina de la que emergimos. En ese intento hacen muchas cosas que la prudencia les aconseja ocultar. Mentir es una “fácil” herramienta de ocultamiento y, cuando se emplea a menudo, pronto degenera en un vicio que arrastra hacia lo contrario.

La honestidad es de suma importancia. Toda actividad social, toda empresa humana que requiera una acción concertada, se atasca cuando la gente no es franca. La honestidad no consiste sólo en la franqueza, la capacidad de decir la verdad, sino en la honestidad del trabajo honesto por una paga honesta.

¿Cómo se cultiva la honestidad? Como la mayoría de las virtudes, conviene desarrollarla y ejercitarla en armonía con las demás. Cuanto más se ejercita, más se convierte en una disposición afincada. Pero hay una respuesta rápida que se puede dar en tres palabras: tomarla en serio.
Se debe reconocer que la honestidad es una condición fundamental para las relaciones humanas, para la amistad, para la auténtica vida comunitaria. Pero se debe tomar en serio por sí misma, no “como la política más conveniente”.
Hay una gran diferencia entre tomar en serio la verdad y no dejarse pillar. Los padres a menudo decimos “que no te pille de nuevo”, y es comprensible, pero una vida buena y honesta es más que eso. El desarrollo moral no es un juego de “píllame si puedes”. Conviene concentrarse en lo que importa de verdad, la clase de persona que uno es, y la clase de persona que uno quiere ser.
No hay medias tintas con la honestidad.

Este valor es muy importante, ya que de este depende nuestro futuro como profesionales. Todo lo que hacemos se lo debe hacer con honestidad ya que  la manera de como se realice algo, se va a ser recompensado. La honestidad desde muy pequeños va creciendo y nos hace tomar decisiones muy importantes. Una situación en las que en ocasiones no se refleja honestidad y que además es muy común en la mayoría de instituciones es en los exámenes, aquí no se puede decir que todos los estudiantes copian, pero es necesario aprender que nada es fácil y que por ende todo requiere esfuerzo.
Entonces sería importante que todos repartamos bien el tiempo libre para alcanzar a hacer nuestros deberes como estudiantes, así aprenderemos que el esfuerzo que se realice en todo momento va a ser para algo justo, y además el aprender cosas nuevas hará que nuestra cultura y mente crezcan.


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