Se denomina aborto quirúrgico al conjunto de técnicas
quirúrgicas que tienen el fin de provocar el aborto, es decir, terminar
voluntariamente el proceso gestacional.
El método quirúrgico más empleado antes de las 7
semanas de embarazo es el aborto por aspiración. Consiste en la remoción del
feto o del embrión a través de succión, usando una jeringa manual o una bomba
eléctrica de aspiración. La aspiración manual se denomina también minisucción o
extracción menstrual. Se aplica solo durante las primeras semanas y no requiere
dilatación cervical (véase también cérvix o cuello uterino). Para estas
primeras semanas, se habla de interrupción del embarazo, más que de aborto,
aunque en realidad ambos términos son sinónimos. Los pro vida afirman que eso
es una denominación eufemística. A partir de la semana decimoquinta y hasta la
vigesimosexta, se requiere dilatación cervical y manipulación quirúrgica,
además de succión. Este método fue demostrado en detalle en una ecografía en el
documental titulado The silent scream (El grito silencioso), producido por el
doctor Bernard N. Nathanson, quien durante los años setenta fue el propietario
de una de las clínicas más grandes de aborto en los EE. UU.
El método de dilatación y raspado (véase legrado) es
un método general que se emplea también durante el examen médico para tomar
muestras o para la detección de ciertos tipos de cáncer. Se conoce también con
el nombre de nacimiento parcial, y suele hacerse entre la sexta y la
decimocuarta semanas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que
este método no se use salvo cuando la aspiración manual no es factible, y de
hecho su uso es poco frecuente. El legrado sirve para limpiar las paredes del útero
con una cureta.
En estados avanzados de la gestación, si se ha de
practicar un aborto por razones terapéuticas, se usan otros procedimientos
adecuados para el mayor estado de desarrollo del feto. Se puede inducir el
parto prematuro usando prostaglandinas, a la vez que se inyecta suero salino o
urea en el líquido amniótico, que causa quemaduras fatales en el feto. En los
casos más avanzados se usan técnicas excepcionales, como la llamada "de
dilatación y extracción intacta" o "aborto por nacimiento parcial",
que requiere dos o tres días de preparación, para asegurar la dilatación
cervical necesaria, y los fármacos que induzcan el parto. El médico manipulará
al feto, para hacer salir primero sus piernas, hasta dejar adentro solo la
cabeza, si así es necesario. Por último, se vacía el encéfalo por succión
después de practicar una incisión en la base del cráneo. Esta técnica, que es
polémica, se aplica en menos de la sexta parte de los abortos tardíos
practicados en los Estados Unidos (por supuesto, estamos hablando aquí de un
feto, que es una etapa mucho más avanzada del desarrollo del producto, y no de
un embrión, que representa únicamente los primeros tres meses de desarrollo), y
fue prohibida por la administración Bush, pero fue apoyada por Tony Blair en el
Reino Unido.
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